domingo, 11 de noviembre de 2007

La Biblioteca (5ª parte)

Lorena no dejaba de pensar en aquellos números, así que se lo contó a sus amigas Carola y Piluca y las tres, armadas con una carpeta, un lápiz y un móvil con cámara de dos megapíxeles que una de ellas le había pedido prestado a su hermano mayor, que estudiaba medicina, se lanzaron de lleno a la investigación en la sala de inglés.

Al principio rastrearon toda la literatura en busca de más números misteriosos en la página 56, pensando que tal vez habría en otras salas más claves escondidas, pero su búqueda fué infructuosa, ni en la literatura española, ni en la hispanoamericana, ni tampoco en la sala de románicas, encontraron gran cosa. Subieron arriba y abajo, por todo el edificio sin encontrar respuesta al enigma, había en los libros todo tipo de señales de las que añaden el tiempo y también el esfuerzo sin que ninguna de ellas tuviera relación alguna con las claves que aparecían en los libros de inglés.

Porque ahora estaban seguras aquello eran claves, pero ¿de qué?

Miraban a todo el mundo con aire suspicaz y tenían la cámara siempre a punto por lo que pudiera suceder. Apostadas en aquella luminosa sala, mientras leían libros de todo tipo y perfeccionaban su inglés, iba pasando el verano; entretenidas en su tarea, disfrutaban y se reían en voz baja observándolo todo, hasta que un día vieron a alguien que abría uno de los libros marcados, anotaba cuidadosamente el número misterioso en un papelito y se marchaba, tan rápido como había venido.

Esto era demasiado..., no se habían equivocado en absoluto.

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