sábado, 23 de febrero de 2008

La Biblioteca (6ª parte)

Se levantaron las tres al tiempo, dejando todo sobre la mesa excepto la cámara de fotos, y corrieron tras el desconocido por la escalera, tratando de disimular que lo seguían y con tales palpitaciones que creyeron oirlas por todo el edificio, y que el resto del mundo las oía también.

Por fin llegaron a la puerta, el desconocido salió del campus por la izquierda, a la calle Obispo Frutos y, cruzando hacia el parque se sentó en el primer banco que había, muy tranquilo. Ellas se pararon delante del restaurante chino fingiendo leer la carta y sacando fotos cuidadosamente mientras miraban a todos lados, tan nerviosas como si fueran delincuentes.

Por fín se iba a desvelar el misterio, al menos eso esperaban ellas, aunque pensándolo bien, podía pasar cualquier cosa y estropearse la aventura. No, eso no iba a pasar, por que en ese momento una persona se acercó al banco y el desconocido recogió el paquete que le tendían; lo abrió y sacó un móvil, después saco el papelito del bolsillo y se puso a teclear tranquilamente y a llamar como si estuviera en su casa.

¡Eran pins de teléfono móvil!, alguien robaba la clave y la apuntaba en los libros mientras otro cómplice robaba los teléfonos y un tercero recogía todas las cosas ajeno a los riesgos y utilizaba los aparatos quién sabe con qué fin.

Habían descubierto la trama, pero ¿quién las creería...? Aunque, las fotos eran bastante buenas, tal vez los bibliotecarios accedieran a llamar a la policía, al fín y al cabo, los ladrones utilizaban la biblioteca y estaba claro les iba a disgustar bastante.